Lo cara que es la bulimia nerviosa
Hoy, como de costumbre, me desperté pensando en vos que recurris a la comida para regular tus estados internos.
Pensé en que ya es ocho de enero. Que las fiestas han concluido y que seguramente ya no hayan restos de comida en tu heladera, traídos de los lugares en donde «celebraste» estas fechas.
Seguramente si algo queda ya no esta bueno o no es lo suficientemente novedoso como para calmar las aguas de la ansiedad previa a darte un atracón. *
Asi que ya debes estar invirtiendo nuevamente en tu trastorno. Que si le pediste plata a papá noel de regalo, estas dudando ya en usarla.
Nadie mas que vos sabe cuanto necesitas ir por comida. Cualquiera que no te conociera puede pensar lo ingrata o estúpida que podes ser al hacer semejante gasto en estos tiempos. Por eso sentís vergüenza.
Dejame decirte que con vergüenza nada puede cambiar. Esta pequeña amiga emoción, que hoy por no entenderla seguramente sea tu enemiga, cumple la tarea de ocultarte por temor a lo que socialmente puedan decir de vos.
Ahora bien. Cuando vomitas, ¿sos 100% consciente de lo que haces? Si tu respuesta es si, ¿intentaste ya no hacerlo? ¿Cómo te fue? Na, boludeces no. No te faltes el respeto. Que bastante te lo falta la sociedad con su ignorancia. Vos sabes cuanto apretujas la mandibula deseando no hacerlo. O quizás sos de esas que no tiene conciencia todavia de lo que se esta haciendo. En algun lado dento de vos hay una lucecita prendida con la duda de que esto no esta bien, esa que alumbra la pregunta de «nadie necesita esto ¿xq yo si?» También se que a veces podes sentirte bien luego de vomitar, o vamos a hablar con propiedad «luego de sacarte de encima lo que no toleras» más ligera, aliviada. Pero en línea general ¿no te angustia un toque lo que haces en secreto?
Entonces. Ahora que ya hablamos de que no hay intenciones directas de hacerte daño, alterar tu sistema digestivo (que a todo esto la evolución lo hizo majestuoso) que ya no sabe hacer la digestión ni bien llega la comida porque esta esperando devolverla, las diarreas, hinchazón y cólicos son por esto, desgastar tu dentadura con los ácidos que deberían estar en el estómago, que la hacen más transparente y sensible, romper las venitas de tu rostro, achicar tus ojos por la fuerza, lastimar tus nudillos, aislarte, interrumpir actividades, mareos o bajadas de presión con frío intenso, no vivir tu vida y estancarte en una conducta repetitiva sin crecimiento alguno…
¿Aún te da vergüenza porque pensas que sos ingrata o estúpida? Puede ser. La salud mental tiene este reto por vencer. Ojala el 2021 nos haga más sabios y por fin dejemos de ver como anormales a estas conductas y lo hagamos con aquellas que las producen. Por ejemplo, en lugar de enjuiciar la falta de ingesta podrían poner el foco en un padre que ataca sin motivo alguno. Pero eso mija, aún no ha sucedido. Sacarle la máscara a los responsables del malestar ajeno es una tarea que socialmente por x motivo no hemos podido. Estamos como si fuese 1980 pidiendo el aborto legal. Imagínate lo que nos falta.
Así que de vuelta a la inversión.
¿Ya sacaste las cuentas? Es como el que fuma. Que hace esa especie de sumatoria con el gasto de sus cigarrillos.
Yo te lo cuento. Más o menos una persona con bulimia nerviosa puede gastar entre 800 a 400 pesos argentinos por atracón. Son ingestas heavys, pero sin calidad. Mucho pan, galletitas, helado barato, budines pegotes, todo rápido, nada de cocina, la cocina tarda y baja la intensidad emocional asi que no suelen usarlo a no ser que no tengan nada a mano y se hagan unos fideos rápidos que en general sacan crudos de la hornalla por la desesperación.
Hay quienes hacen dos atracones por día y hay quienes solo lo tienen una vez por semana, esto da cuenta la severidad del síntoma, y tiene sentido. A mayor síntoma, mayor desconexión.
Osea que alguien que esta metido hasta la médula en esto puede estar gastando casi $23.000 mensuales.
Pequeña aclaración, esta suele ser para mi la razón por la cual es un trastorno de clase media/alta. No porque son nenas tontas que ven chicas flacas en sus iphones. Sino porque no cualquiera puede darse este maltrato de lujo. Es como el alcohólico. Puede tomarse un buen whisky o acabar tomando lo más barato de la góndola por falta de plata.
Abri tu mente. Si no es con la comida este comportamiento puede estar exteriorizado con otras sustancias.
Las características personales hacen al cuadro. Tener cierto ingreso, contar con traumas en su historia, tener vinculada la comida a un estado de paz o a una figura de apego «mi padre comia por las noches y todos lo decían como algo gracioso», humillaciones por la diferencia corporal en la adolescencia o infancia, traiciones, abusos de todo tipo, acaban estallando en un trastorno alimentario. Sumenle si quieren una patita de idealización corporal.
Así que les regalo esta reflexión que me acompaño los primeros días de enero mientras caminaba por la orilla del mar en dirección al muelle de villa gesell.
¿Dónde esta el estado para la patología mental? ¿Qué papel cumple? ¿Dónde quedan posicionados los trastornos alimentarios sino son en las redes o noticieros donde exponen a «famosas» delgadas y silencios incómodos que responden a la ignorancia y juicio en lugar de brindarle a la sociedad información apropiada para que no los padezca? No saben de lo que se trata. Por esos quienes lo sufren tampoco. Por eso sentis vergüenza. Esto no es comer si/ comer no. Es como decirle a quien fuma 10 pecho por día que no lo haga de un día para el otro.
No busquemos respuestas o tener la razón, pensar simplemente te hace fuerte. Hacelo en silencio, esta buenísimo usar la intimidad para regalarse charlas y debates. Yo me pego tremendos atracones de pensamientos que siempre acaban en los posteos de mi cuenta de instagram. Después podes compartirlo. Pero primero pensa, y luego existi.
Pensar y animarse a más y más novedades es lo que mantiene vivo al cerebro. Retarlo a flexibilizar sus saberes, hacer cosas diferentes, entre otros grandes movimientos vence la pérdida de memoria. No tanto zudoku o crucigramas, ejercita el cerebro, no solo tus abdominales.
* con las fiestas o celebraciones pasa algo extraño. Quizas no quisiera hacer un atracón, pero ver la comida en la heladera te dio cosita y tirarla o darla no fue una opción. A veces la bandeja te la bajas «por que esta» y ya