Dialogar con un narcisista.
Yo tengo mucho pelo. Cada vello tiene el triple de ancho que cualquier otro. Se ve lindo, pero la verdad es que cada peinado es una tortura. Una media colita mía es una colita en otra persona. Cada vez que quiero comprarme una hebilla tengo que ver que me quepa y la verdad es que siempre le erro. Vuelvo a casa toda entusiasmada y al querer ponerme esos lindos prendedores todos se rompen o no cierran por el grosor de mi pelo.
Recién intente ponerme una. Estuve media hora en la lucha: “bueno, me saco un tercio del pelo a ver si ahora si cierra este broche bendito” … ¡crac!, …hasta que lo rompí. Chau brochecito, de nuevo al pelo suelto y solo…
Yo y mi pelo tenemos una relación de amor odio.
También he tenido relaciones con personas narcisistas.
La clave en esto es saber diferenciar los broches.
Hay hebillas que son de uso amistoso jocoso servicial: Ese narcisista es el que todos los amigos quieren. Es únicamente para usar como amigo, nada de generar intimidad con este tipo de broche. Sera un ejemplar gracioso, siempre disponible y muy empático. El broche que veo en otros pelos, o los que veo en los locales de moda y tanto deseo.
Pero una vez adquirido ese prendedor, nunca termina de cerrar. En la intimidad del baño, en un mano a mano, lo que verdaderamente nos une es la presión. Yo queriendo usarlo y que encaje en mí, y él todo rígido negándose siquiera a intentarlo. Hay veces que el guacho me engancha pelitos y los tironea desde la raíz. Esto me genera un dolor que despierta un estado de enojo en mi interior convirtiéndome en otra persona ¿vieron el personaje de ira de intensamente? Bueno, así. Sin capacidad de dialogo, esa instancia ya ha pasado. El drama termina con una escena en el baño en donde yo lo arrojo al suelo para que un milisegundo después, conmovida al verlo estropeado y dañado, lo recoja arrepentida y volvamos a intentarlo. Como si nada hubiese pasado. Como si yo ya no sepa que ese broche no me queda…
Los narcisistas tienen dos caras. A una la usan para seducir. Como una tela de araña, pasan un buen rato tejiéndola; no tan largo, más o menos un mes o menos, ellos no manejan bien la paciencia. Durante este periodo decoran su telar según la preferencia de la presa que previamente han elegido. Su labor sigue hasta que su objetivo, embobada por encontrar alguien que coincide con sus gustos, cae en ella. Como les mencione, no tienen mucha tolerancia, dan uno o dos mimitos e instantáneamente se empiezan a ofuscar por no recibir nada a cambio. Pueden hacer planteos, o mostrarse celosos, o indignados de que su amor no sea correspondido.
Hay otra colección de broches que seducen por su imagen, de tipos exitosos, con poder, con reconocimiento. Este estilo no hace mucho mas que eso, ese es el encanto. En este punto es útil distinguir la baratija. Hay quienes venden una imagen de si mismos que no son. Estos serán los casos en donde hay mucha palabra y poco acto.
Una vez que una se compra esta hebilla y llega a casa lo que va a unir este vínculo será la búsqueda insaciable de que este broche le quepa. Es una batalla cuyo fin es el de “ser finalmente vista” o “necesito que cambie de parecer, necesito que esto funcione”. En esta guerra solo puede ganar uno. Procedo a espolear la historia: en esta dinámica siempre ganara el narcisista, porque es a esto a lo que se dedica. En su tela de araña tiene un sector especializado para esto. Lo que inmoviliza a la presa es la capacidad del narcisista de dar un shot de amor esporádico. Una salida, unas flores, un mensaje “sin vos mi vida no tiene sentido” (y no querido, ¿quién te aguantaría?) y la presa, creyendo haber conquistado a su príncipe, cede a su reclamo perpetuando el ciclo.
Salir es realmente doloroso, si la víctima no es finalmente consumida. Por consumida entiendan: sin capacidad de productibilidad, sin ingresos, sin dinero, sin actividades que le den sentido a su vida mas que servir al narcisista. La única manera de ganar es reconocer que el broche a una no le queda y correrse con la esperanza de que el duelo no sea tan largo.
Dialogar con esta especie de ser humano es agotador.
¿Cómo se dan cuenta de que están en presencia de uno de estos ejemplares? Por el cansancio que generan. Cada abrazo supone un esfuerzo. Me gusta pensar que la creencia de “lo bueno cuesta” genera una especie de anestesia para no darse cuenta de que esto en el amor no es correcto. Con un narcisista el premio es “que me de amor”. En una relación sana esto no es un premio, al contrario, es el motor del vínculo que no se habla ni se negocia. Se cuida como a un tesoro.
Los narcisistas gastan. Ellos cansan. Son inaccesibles, cada posible puerta de acceso a su intimidad será rechazada y cerrada rápidamente. Hacerles entender que algo de lo que hicieron les ha generado dolor será imposible. Amagan que entienden y hasta incluso pueden pedir disculpas, pero sin sentirlo. El fin de este falso arrepentimiento radica en no ser molestado más con el tema, y que vuelvan a adorarlo.
Un ser humano “normal” no necesitaría un guion por parte de quien han lastimado para entender y reconocer que lo han hecho. Notará el impacto de sus palabras o de sus comportamientos en su ser querido e inmediatamente pedirá disculpas y no repetirá el daño porque lo ha aprendido. De eso se trata aprender: no repetir lo que no funciona y hace daño.
Un buen vinculo que lleva años viviendo estas situaciones se vuelve un lugar seguro, porque ya no hay tantas condiciones que puedan generar dolor en el otro. El respeto prima, y el temor de dañarse los frena. El miedo paraliza, esa es una de sus funciones, y a veces esta al servicio de frenarnos para que pensemos “ey, esto no debo hacerlo”, mientras que un narcisista dirá “que mas da, yo soy así, si le gusta bien y sino ya habrá otra”. Pareciera nunca responsabilizarse del daño que provoca. Quizás reconozca algo, pero inmediatamente buscara echar la culpa sobre lo que lo condujo a hacerlo (esta es una de las puertas que cierra para no dejar que nadie ingrese en su vulnerabilidad) Insiste en el ataque de las mismas cosas. Mas allá de que estas sean o no coherentes. Si a A le duele C, no está en discusión. Una persona saludable al vincularse con A, ni bien detecte el impacto de C dejara de pronunciar esa letra. Bueno un narcisista insiste con la C, y la indignación de A junto con la ilusión de que algún día su amado deje de pronunciar la C será el motor del vínculo.
Una pareja en donde existe un narcisista es fácil de detectar porque siguen teniendo las mismas discusiones de hace años. Como dos niños peleando por un juguete, estos adultos reproducen reclamos que deberían estar resueltos. El problema es que el narcisista no resuelve, y deja que el otro se trague su malestar y de vuelta la página.
Estamos en el 2020. La variedad en los broches es amplia. Incluso se puede optar por cortarse el pelo o usarlo de cualquier manera, siempre y cuando esta sea cómoda y sea a una a la que le guste.
Que bien me hace leer esto, más que nada porque leerlo me hace terminar de entenderlo, y me permite aceptarlo, e estado rodeado de narcisistas toda mi vida, de hecho estoy tratando de erradicar mis actitudes narcisistas que gracias a esto me es más fácil identificarlas.Gracias
Tu redacción mas que clara, creo que sos lo más Épico que me pasó en la vida Anto. Gracias por tus aportes, me mueven entera
Me encantó!!
Me encantan tus post! Sos una genia con todas las letras. Te hago una pregunta, para poder tirar esa hebilla es necesaria la ayuda de un psicólogo?
Buenas excelente tema me gustaría saber si el narcisismo llega a tener cura o por lo menos llega de ser narcisista. Gracias